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viernes, 21 de febrero de 2014

UNA HIPÓTESIS SOBRE LA PREVENCIÓN DEL MELANOMA (XI)

En el post anterior comentamos la discrepancia en relación a las enfermedades de los hunzas entre John  Dark, y McCarrison, Lorimer y otros. Creemos que McCarrison se refería a ausencia de  enfermedades nutritivas (por deficiencia u otra causa). Las enfermedades observadas por  John Dark eran sobre todo enfermedades infecciosas. Una buena alimentación no es seguridad de inmunidad contra las enfermedades infecciosas, entre ellas la malaria. Lo que confiere inmunidad es la vacuna, en caso de haberla.

Una mala alimentación si favorece las infecciones como mostraron los experimentos con ratas de McCarrison. Aunque es verdad que lo que es cierto en ratas no tiene necesariamente que serlo en humanos, también lo es que compartimos muchas cosas.

El segundo experimento  de McCarrison lo realizó con 2243 ratas.

"Tomó las dietas tradicionales de los pueblos más pobres de Bengala y Madrás, que consiste en arroz, legumbres, verduras, condimentos, tal vez un poco de leche." (1)

Al contrario que en el primer experimento, las ratas padecieron un montón de enfermedades.

Hay algo en lo que si coinciden John Dark y todos los demás, y es en que no encontraron cáncer entre los hunzas. Como el próposito de estos comentarios es la prevención del cáncer, el estudio de la dieta de los hunzas es primordial.

Ampliación  dieta de los hunzas


Hay unas características en la dieta de los hunzas que creemos son muy importantes:

- Periodo de semiayuno (unas cinco semanas) al final de la primavera

- Ayuno nocturno amplio

Cuenta Schomber que los hunzas se levantan y marchan a su trabajo en el campo y no desayunan hasta 2 o 3 horas después. Desconocemos la hora de la cena pero suponemos que no será muy tarde.

¡Los hunzas desconocían uno de los principales mandatos nutritivos modernos! ¡No vaya al trabajo sin desayunar!

-Lactancia materna hasta los tres años

- Sobriedad

-Alimentos integrales

- No tomaban sal, ni azúcar. Tampoco arroz, té, huevos  ni prácticamente pescado, ni caza.

Alimentos
                                                       
Chapatti, hecho de harina integral de trigo sin levadura. Cebada, trigo negro y otros granos pequeños como mijo. Legumbres, a veces en brotes, verduras, hortalizas y frutas variadas. Leche, mantequilla y queso. También vino.

Algunas diferencias con la dieta moderna occidental

1 La dieta de los hunzas, al igual que la de otros pueblos como los inuit, hopis, navajos,  etc. no tenía grasas trans en abundancia como si la suele tener la dieta occidental actual. Si tomarían  una pequeña cantidad en la leche y la carne de los herviboros, que no parece que fuera perjudicial.

Uno de los dogmas admitido por la mayoría de nutricionistas es que no hay alimentos buenos o malos, si no una dieta buena o mala. Sin embargo, nosotros pensamos como Dariush Mozaffarian  y J. Basulto que sí hay alimentos buenos o malos. ¿Como combinar en una dieta saludable las grasas trans? La única forma sería tomando una cantidad mínima. Pero cuando comemos alimentos elaborados con grasas trans, utilizamos un pastel, o un bizcocho enteros. Si las utilizamos para freír, le restan calidad al alimento. Si utilizamos margarina hecha con grasas trans (actualmente varias margarinas ya no las llevan) se suele emplear una buena cantidad.

Según la FDA no hay nivel seguro de consumo de grasas trans.

Desde hace mucho tiempo se sabe que aumentan el colesterol LDL y bajan el HDL. También incrementan la trigliceridemia.

"Los estudios epidemiológicos señalan (....) una asociación positiva muy fuerte entre consumo de grasa trans y riesgo de enfermedad cardiovascular."(2)

Contantemente están apareciendo estudios que las relacionan con otras enfermedades, diabetes tipo II, cáncer, bajada de  espermatozoides etc.

Sin embargo ahí siguen. ¿No es esto una concesión a la industria alimentaria?

En Estados Unidos ahora están intentando prohibirlas. Sin embargo en la UE ni siquiera es obligatorio poner la cantidad de grasas trans que lleva un producto, con lo cual la gente no sabe lo que come.

En 1988 Grande Covian decía: "en cuanto al efecto de la margarina sobre los niveles de colesterol en el hombre, hace ya muchos años que los experimentos realizados en nuestro laboratorio demostraron que no hay diferencia entre el efecto de la margarina y el de otras grasas de igual grado de insaturación, no sometidas previamente al proceso de hidrogenación." (3)

Sin embargo lo que decía ha resultado no ser cierto.


2 La dieta hunza no tenía aditivos ni contaminantes como metales pesados o pesticidas (exceptuando los propios de las plantas).

Ahora se dice: no tengáis miedo. Un aditivo  se estudia en animales y se toma como referencia la cantidad que  ha demostrado no tener ningún efecto negativo en estos animales. Después se toma la centésima parte de esta cantidad y es lo que se autoriza. De acuerdo. ¿Pero alguien ha estudiado las interacciones que se pueden producir cuando se combinan distintos aditivos (estabilizantes, conservantes, antiapelmazantes, saborizantes, colorantes, antioxidantes, etc). Estas interacciones pueden ser malas, neutras o incluso buenas, pero no se conocen. ¿Alguién ha estudiado las interacciones de los aditivos con los medicamentos?

Hay aditivos que han estado autorizados y después se han prohibido, como el colorante E128. Se prohibió en Europa el 26 de julio de 2007 por sus consecuencias cancerígenas. Desconocemos qué pruebas se hicieron para autorizarlo.

Se dice que  las plantas tienen montones de tóxicos, y es verdad. Pero el hombre ha evolucionado con esos tóxicos. Un ejemplo, las grasas trans solo cambian la configuración de la molécula, sin embargo, dado los resultados, está claro que el cuerpo no las procesa bien cuando están en cantidad.


3 No utilizan  la sal.  Actualmente el uso y abuso de la sal es la responsable de muchas hipertensiones.

4 No utilizan el azúcar.  Actualmente el azúcar cada vez se utiliza más y en más productos, con lo que añadimos calorías vacías al conjunto de la dieta.

5 Lactancia natural larga versus lactancia natural corta o lactancia artificial.

Creemos que hay otras diferencias en cuanto a la carne y la leche, que comentaremos en el próximo post.


La semilla de los albaricoques


Aunque en  la comida de los hunzas  abundan los alimentos con glucósidos cianógenos (sustancias que pueden liberar cianuro de hidrógeno), sin duda el más destacado es la semilla del albaricoque.

Esto nos plantea varias preguntas

1 ¿Que movió a los hunzas a comer lo que la mayoría rechaza?

2 ¿Cuantos albaricoques comían habitualmente?

3 ¿Por qué, aparentemente, no les sentaban mal?

Evidentemente, no sabemos la contestación a la primera pregunta. Quizás fuera la necesidad. Uno de los pilares de su dieta son las frutas, y estas proporcionan poca energía. Al comer la semilla (muy energética) se evitaría el problema.

Sin embargo parece que el ser humano ha desarrollado un rechazo a los sabores amargos. Las plantas producirían las sustancias amargas para evitar que los fitógagos, incluido el hombre, se las coman.

Esto explicaría el rechazo que sienten los niños hacia las crucíferas (berzas, repollo, coles etc).

Los adultos en el caso de las crucíferas también han hecho una excepción, y forman parte de su comida. Quizás el origen esté también en la necesidad.

 Respecto a la segunda pregunta,no sabemos cuantos albaricoques comían, pero creemos que no serían muchos, a pesar  de que hemos leído cantidades de lo mas exageradas. Tampoco conocemos la comida que comen actualmente, aunque sospechamos que no será la misma. La mejor respuesta la podrían dar los hunzas que recordarán como se alimentaban sus antepasados o ellos mismos si son ancianos.

Lo que nos intriga, es por qué no les hacían daño. Una razón puede ser la habituación. Recordemos al rey del Ponto Mitridates VI que tomaba cada día cantidades mayores de venenos, para estar protegido contra un posible envenenamiento.

Antes de seguir habría que precisar una serie de conceptos.

-Composicion en glucógenos cianogénicos de los alimentos. No conocemos cifras fiables.
Dice Ernest T. Krebbs que 100 mg de amigdalina son unos 7 semillas de albaricoque.

"La cantidad de cianuro por semilla de albaricoque varía de acuerdo a su tamaño y variedad, pero en promedio, una semilla de albaricoque contiene 0,5 miligramos de cianuro, según Stephen Krashen, Ph.D. de la University of California. La dosis letal de cianuro es entre 0,5 miligramos a 3,5 miligramos por kg de peso corporal, dependiendo de factores como la edad y la salud del hígado." (4)

 Otro dato que debe estar equivocado lo da A. Muro sobre el contenido de nitrilósidos (otra forma de llamar a los glucógenos cianógenos) de la carne de caribú, 15000 mgs. Si fuera así, los inuit comerían cantidades muy peligrosas de nitrilósidos.

Otra cantidad que habría que conocer, es que proporción  de ácido cianídrico se puede liberar de distintos glucógenos cianógenos, en el caso de contar con suficiente cantidad de enzimas.

- Variación individual en resistencia a los nitrilósidos

- No se sabe bien como actúan los glucógenos cianógenos  a nivel bioquímico

La mayoría de los humanos rechazan las semillas de los albaricoques, las almendras amargas o las semillas de las manzanas, aunque hay a personas que les encantan. pero son excepciones. Por tanto no creemos que el comer las semillas de los albaricoques sea algo necesario para evitar el cáncer. El ser humano probablemente ha evolucionado con una dieta superior en nitrilósidos a la dieta occidental actual. Pero el comer las semillas de los albaricoques (muy ricas en amigdalina) como hacen los hunzas, o las semillas de las manzanas y las almendras amargas como hacen algunas personas, no es algo habitual en el ser humano.

Si estos glucógenos cianógenos tienen un papel preventivo en el cáncer, seguramente será suficiente con los alimentos ricos en ellos, como mostró el primer experimento de McCarrison con ratas.


Dieta de los inuit

Además de los hunzas, a principios del siglo XX había otros pueblos, como los inuit cuya incidencia de cáncer también era muy baja. Su alimentación era básicamente carnívora y aparentemente muy diferente a la de los hunzas que eran fundamentalmente lacto vegetarianos. Sin embargo algo debían compartir estas dietas, que aunque aparentemente distintas, los protegían del cáncer.

Los inuit se alimentaban fundamentalmente de carne y pescado, que comen crudos o cocidos. También comen pescado y carne pasados (podridos). Toman además distintas bayas en la primavera y verano.

Vilhjalmur Stefansson cuenta en "Cancer, Enfermedad de la Civilización (1960)" que el médico de un barco ballenero George F. Leavitt solo encontró un caso de cáncer en los 49 años entre los inuit de Alaska y Canada.


Hay relatos de observaciones similares:


"... como el doctor John Lyman Bulkley, que en 1927 contó en el diario Cancer: «Durante mi viaje de una docena de años entre las diferentes tribus nativas de Alaska no encontré un solo caso de tumor canceroso». Del mismo modo, Joseph Heman Romig, que entonces era el «doctor más celebre de Alaska», testimonió en 1939 que «en treinta años de contactos con esquimales e indios verdaderamente primitivos» no había «encontrado nunca un caso de enfermedad maligna, aunque esto ocurre frecuentemente en cuanto empiezan a modernizarse».Vilhjalmur Stefansson también cita el testimonio del doctor Eugene Payne, que «examinó a uno 60.000 pacientes en algunas partes de Brasil y Ecuador durante un cuarto siglo y no encontró un solo ejemplo de cáncer». O el del doctor Frederick Hoffman que durante el Congreso sobre el Cáncer celebrado en Bruselas en 1923 declaró a propósito de las mujeres bolivianas: «No fui capaz de detectar un solo caso auténtico de enfermedad maligna. Y todos los médicos a los que pude entrevistar me dijeron que nunca habían visto un cáncer de mama entre las mujeres indias». "(5)

El médico Albert Sweitzer visitó Gabón en 1913 y no encontró ningún caso de cáncer en trescientas kilómetros de la costa.



Bibliografía


http://books.google.es/books?id=lMfSuHgabYoC&printsec=frontcover&dq=wheel+of+health&hl=es#v=onepage&q&f=false

2 Palou Oliver, A. et all, El libro blanco de los esteroles vegetales en alimentación, Uniliver Foods S.A., 2005

3 Grande Covian, F. Nutrición y Salud, Ediciones Temas de Hoy, S.A., Madrid 1988

http://www.livestrong.com/es/nutricion-semillas-albaricoque-info_25366/

http://renovablessinlimites.blogspot.com.es/2012/09/libro-nuestro-veneno-cotidiano.html












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